2008/04/25

Levante fenicio

Que en el Levante la moral es no ya un concepto ambiguo, sino un imposible, es algo sabido, como muy bien nos supo advertir Blasco Ibañez. Sea por el clima, el suelo, las aguas blandas o por la influencia de algún extraño mineral de sus playas, el hecho cierto es que por aquellos lares los ladrones abundan como los naranjos, y gobiernan con el aplauso popular mientras sólo le roben al erario público; los pederastas y putíferos pueblan las ex-huertas en las que ahora cultivan rayas de coca; la especulación la aprenden los niños en el jardín de infancia (que allí suele ser más bien golf de infancia). Y mientras las buenas gentes sobreviven como pueden, forzosamente libertarias cuando los sinvergüenzas dispuestos a vestirse lo mismo de moros, que de cristianos, según de donde sople el viento del beneficio, copan todas las instancias del Estado, convertido allí en una falla de cartón piedra. Pero eso sí, sin tonterías ni malos rollos, sin darle las vueltas que le dan por ejemplo los catalanes. Porque el Levante fenicio no es inmoral, sino sencillamente amoral (hedonista, dicen las guías de turismo, y quién sabe, a lo mejor es eso).

¿Es una simplificación? Sin duda alguna. Especialmente quienes no creen en el alma de los pueblos se llevarán las manos a la cabeza Pero quienes conocen el paño saben de qué se habla. Además, sin simplificaciones no podríamos describir el mundo.

Vean si no el último ejemplo. Un listillo le ha robado al Estado español los nombres web de los nuevos ministerios (no al gobierno de Zapatero, no lo olvidemos, sino a nuestro Estado). El muy quinquillero (no miren en la RAE, sino aquí) dice estar haciendo una campaña política, pidiendo "agua para todos" (osea, la restauración del Plan Hidrológico de Aznar que llevaba el agua del Ebro a las urbanizaciones y los campos de golf de Murcia, y de su colonia Almería), no porque la necesiten para beber sino porque la quieren. Osea como si yo pidiera un pedazo del Escorial, que me vendría muy bien, tan fresquito, en los viajes de verano a Madrid.

En realidad, como pueden comprobar en cualquiera de los dominios secuestrados, lo que ha hecho ha sido montarse un chiringuito en el que obtener dinero con publicidad nada menos que de casinos. Luego le ha vendido la moto al típico periodista precarizado de la agencia EFE que cobra por noticia colocada, y hala, a contabilizar clicks. Como enseguida se le ve el plumero, no me he molestado en visitar los otros cazaclicks... (por eso ni siquiera le voy a hacer el favor de poner un link).

Y encima el fenicio intenta disimular haciendo supuestamente publicidad de Obama (por cierto que he podido comprobar que ya prestan al español la atención que no le prestaban inicialmente, aunque siga siendo insuficiente).

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