2009/06/10

En estos días en que repiten incansables el catecismo

de nuestra dependencia energética, conviene volver una y otra vez a desmontar el mito de la importación de electricidad nuclear francesa. Aquí por ejemplo. Pero especialmente aquí, con pelos y señales. Ese es el latiguillo que tienen siempre preparado los que reciben soldada de las eléctricas y sus tentáculos cuando caen (rápidamente) los débiles argumentos de la seguridad de las nuevas centrales (¡pero es que tenemos viejas centrales!).

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