No me refiero a la buena acogida que nuestro Concierto para Botellón (bolo con Pepe López Rey en la Escuela Gallega de Seguridad Pública, presentados por Obdulia Taboadela, concejala además de profesora de Sociología) ha tenido esta mañana en Santiago de Compostela, en donde creo que hemos conseguido lidiar bastante bien a los (con toda la razón) cabreadísimos vecinos (bueno, vecina) y los representantes de los hosteleros (de listillos, como corresponde, pero que han salido burlados), y los políticos han entendido que con la represión no se va a ningún sitio. No; ha sido muy agradable, pero me refiero a una cosecha más en su sentido auténtico: a la estupenda miel de la cosecha de la familia de Mané y el vino de alto copete que otro sociólogo de pro de la Facultad de La Coruña, Manuel García Docampo, produce. El vino más sociológico del mundo (al par que bueno, como diría aquel) se llama, no podía ser de otro modo, Paradigma.
Y de vuelta a mi ciudad, saturado de verdes. Mi fuí con las primeras luces del día, y regreso con las últimas, y me emociono al planear sobre las vegas del Guadiana, ardiendo las rastrojeras de invierno, extendiendo las fumatas como una neblina por toda la vega. Y me recuerdan mis días de infancia en las huertas de mi pueblo, allá arriba, quemando las pinochas del maíz (no sabíamos aún de sus posibles aprovechamientos). Estoy en casa.
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