Violencia de género... tonto

Me azoto intelectualmente por ello después (por el solitario pecado de incorrección política), pero a veces pienso que ya nos estamos pasando tres pueblos (bueno, tres nodos de la urbe global). Un día sí, y otro también, sale un tonto u otro con una propuesta de ley, o una justa reivindicación, que no aporta otra cosa que leña a la hoguera del facherío integrista.

A ver... ¿No nos ha costado tres lustros tragar y hacer tragar lo de la violencia de género en lugar de violencia doméstica (dejando fuera conceptualmente a los niños, sin ir más lejos), como para que ahora vengan los gays y lesbianas a decir que ellos/as/os también?. ¿Pero no era violencia de género por el hecho de que la sufren las mujeres heterosexuales por su condición de subordinación al macho dominante en las relaciones hombre-mujer?.

Por lo demás, me deja tremendamente preocupado que el presidente de la Federación de Gays y Lesbianas diga que la violencia entre hombres homosexuales "no es comparable a la de la violencia machista". ¿Ya estamos otra vez con lo de la violencia buena y violencia mala, o violencia mala y menos mala?.

Un hijo-puta es un hijo-puta. Sea hombre, mujer, heterosexual, homosexual o cardenal primado. De verdad, esto ya cansa... O que me lo aclaren, que a tanto no llego
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Un detalle. No soporto al dichoso Boris-no-sé-qué; no lo he soportado nunca, quizás porque nunca le he visto la gracia a enseñar los calzoncillos. Osea, que no lo escucho, ni lo veo, ni lo leo. Pero con eso de convivir con ser_adictos uno está obligado a veces. El caso es que me hizo gracia que Gemma Nierva (¿o Nierga?), tan hiperpolíticamente correcta como todo prisa, hablase de una modelo (no recuerdo el nombre, pero tanto ella como su pareja están como Dios, según Boris), su hijo y "su compañero", mientras el plumas no hacía más que decir "mi marido" por aquí, "mi mardo" por allá. Mi colega Ramón Fernández siempre ha dicho que el matrimonio gay llegaba para salvar la familia cristiana. Cuánta razón tiene...