2008/01/25

Madres para la vida... madres para la muerte


Ya tengo escrito por ahí (osea, imborrable) que de joven llegué a la irremediable conclusión de que mis ancestros debieron de huir de Euskal Herria en busca de mujeres hermosas. El País Vasco, esa bonita región española como dicen los cursis, ya es otra cosa, gracias al aporte genético de los maketos, que han mejorado mucho la raza global, pero no la raíz autóctona. Eso no tiene remedio: las euskaldunas son feas, muy feas. Y si ello añadimos el look que las gudaris han incorporado en las últimas décadas, pues uno se explica diversos procesos sociales: ellos todo el día dedicados a "la cosa de la política", la liberación nacional y esas pachangas, y empujándolas a ellas a que se dediquen también a la política, y a la kale borroka si hace falta, el caso es estar siempre ocupados, hechos polvos cuando llega la noche, para no tener que rozarse. Y no me lo tomen a chiste, que la cosa es seria. Si tenemos en cuenta que quienes tienen hoy hijos en España son fundamentalmente los inmigrantes, y que aún así el País Vasco tiene una de las tasas de natalidad más bajas de Europa... concluyan ustedes mismos. Allí no quiere reproducirse ni Dios. Y los entiendo...

El asunto es antropológicamente más serio (y grave). En la Transición ya me asustaban, aún cuando coincidiese con ellas en manis, esas madres terribles dispuestas a todo, que incitaban a la lucha a sus maridos, sus hijos, sus nietos, como si vivieran permanentemente en medio de una tragedia griega. Si las madres incitan a la muerte, ¿qué nos queda?. Esas madres tribales han hecho tanto daño...

Qué diferencia con la femineidad determinada, resuelta, fuerte, definitivamente dispuesta a morir, nunca a matar, que pude ver luego en las imágenes que nos llegaban de las madres de mayo.


Frente a las dulces Madres de Mayo, esas madres gudaris, terribles, que asustan incluso a los niños más gamberros con ese aspecto hombruno (¡cómo no va a ser matriarcal esa sociedad!, ¡cualquiera les chista!).

Como esa alcaldesa, fea, masculina, jaleando a los asesinos... ¡Sangre para la tierra!. Y encima tienen la esperanza de vida más alta de Europa.

2 comentarios:

  1. Bravo Baigorri. Pensaba que era el único al que llamaba la atención el "look" machorro de las euskaldunas y su fealdad en general.

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  2. Querido baigorri, doy fé de lo anteriormente expuesto, en una de mis frecuentes visitas a lupanares y centros de lenocinio, encontré a la meretriz mas fea del mundo, la cual lucía con orgullo una ikurriña tatuada debajo de su poco recomendable monte de venus. No me pregunte porque llegue a verlo, un caballero nunca habla de sus conquistas.

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