Andaba yo últimamente mosqueado con el repentino impulso de las grandes multinacionales de la comunicación científica (Elsevier, Sage, etc) por abrirnos de vez en cuando sus archivos, o parte de los mismos, de forma gratuita. Creía yo ingenuamente (tiendo a ser optimista en lo social, mientras que en lo personal soy un poco tramposo: pesimista en el corto plazo pero optimista en el largo plazo) que era un indicador de que el Conocimiento Abierto, el Acceso Abierto, como queramos traducir el Open Access, está ganando, y por eso tienen necesidad de dejar caramelos contaminados en la puerta de la escuela, para generar adicciones. Claro: la gente se descarga cientos de artículos en esos momentos de barra libre, o de hora feliz, y luego no tiene tiempo durante mucho tiempo de estar al tanto de lo que se divulga en formato abierto en la red. Muy inteligentes, como todos los que desarrollan estrategias para la adicción.
Pero no, como tantas veces parece que estoy equivocado: son ellos quienes llevan las de ganar. Los del Conocimiento Cerrado, el Acceso Cerrado salvo pago. Encuentro aquí un debate interesante que indica por dónde van los tiros, que son bastante preocupantes.
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