Jueces robotizados (por fin)

Los chinos empiezan a resolver juicios con la ayuda de un programa informático que les ofrece la mejor alternativa a partir de la jurisprudencia existente. Por supuesto, los puristas (rara vez puros) de turno se echan las manos a la cabeza: "¡Dónde queda el hombre!". Y no se dan cuenta de que el Hombre está ahí, en esa información acumulada y procesada. Los jueces seguirán favoreciendo a los poderosos, como siempre, pero ahora tendrán menos excusas para actuar así, porque quedará claro que cuando lo hagan estarán optando voluntariamente en contra de lo que el sentido común (o el auténtico derecho natural, que mira por donde puede llegar a surgir de un chip) les dicte. Seguro que en Shandong, en donde se aplica el invento, no tienen los tribunales tan empantanados como en España.
Es el eterno debate sobre el cyborg, y su expresión más temida en el imaginario popular: Robocop. El asunto es que a ello vamos, guste o no. Sólo es cuestión de una generación. Y de verdad, al menos en el caso de los jueces, yo lo prefiero, dado el personal que tenemos ahora encargado de dictar (eso se ve que les gusta mucho) justicia (así, con minúsculas) en España. Al menos si atendemos a lo que expone uno de los pocos jueces progresistas que hay.